Historia del anticongelante
El agua fue el primer líquido utilizado en motores refrigerados. Sin embargo, era necesario encontrar una solución para evitar su congelación. El primer aditivo anticongelante añadido al agua con ese fin fue el alcohol metílico, también conocido como “alcohol de madera”, cuya fórmula química es CH3OH.
Aunque la mezcla tenía una temperatura de congelación menor que el agua, se dejó de usar, ya que producía una corrosión excesiva y se evaporaba con gran facilidad debido a que se utilizaban sistemas automotrices abiertos.
En 1959, el químico francés Adolphe Würtz desarrolló el etileno de glicol. Al principio, no gozó de una gran popularidad, pero en la Primera Guerra Mundial sirvió como base para el desarrollo del anticongelante que se utilizaría en tanques y aviones de guerra.
Composición del anticongelante: Aunque la formulación del líquido refrigerante puede variar en función del país de destino, la composición básica de la mezcla es la siguiente:
45-75% de agua desionizada o desmineralizada.
25-50% de etilenglicol.
3-8% de aditivos (antiespumantes, conservantes, colorantes, antioxidantes, inhibidores de corrosión, etc).
Actualmente, el líquido refrigerante más utilizado es el compuesto por un 50% de agua desmineralizada. Esta formulación permite soportar temperaturas extremas que varían desde -37⁰C hasta los 108⁰C. En función de las sustancias utilizadas para su elaboración, el combinado puede ser del tipo orgánico, inorgánico o híbrido; este último también es conocido como OAT (tecnología ácida orgánica).
El anticongelante de coche: mitos y verdades
¿Por qué los fabricantes desarrollan líquidos refrigerantes de colores llamativos?
En ocasiones, los usuarios solicitan al profesional del taller un “anticongelante” de un color determinado, asociando dicho color a una calidad del compuesto. Esta idea tan extendida es errónea. El líquido refrigerante, en su tono natural, es transparente como el agua, y la realidad es que los fabricantes añaden colorantes a sus compuestos con el fin de identificarlos con su marca, como técnica comercial.
No obstante, el color llamativo de este líquido (sea el color que sea) aporta una ayuda fundamental para el técnico de taller, ya que facilita la identificación de fugas en los circuitos. Este artículo muestra 4 métodos para detectar las fugas en un vehículo.
Consejos de mantenimiento
Las recomendaciones de los fabricantes con respecto a la supervisión y la sustitución varían según las características de cada vehículo, aunque se suele aconsejar sustituirlo en cada revisión rutinaria (generalmente cada 40.000 o 60.000 kilómetros, o al cabo de dos años).
No obstante, conviene revisarlo también en cada cambio de estación, ya que con las subidas de temperatura, por ejemplo, el líquido puede evaporarse. Asimismo, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Hay que elegir el tipo de líquido refrigerante adecuado según la ficha técnica y la recomendación del fabricante, ya que, en caso contrario, se puede incurrir en averías importantes.
Se debe tener en cuenta que el líquido refrigerante pierde propiedades y eficacia con el simple paso del tiempo. Si el compuesto pierde sus capacidades, exponemos al motor a un posible sobrecalentamiento que podrá ocasionar daños graves.
Un nivel de líquido refrigerante bajo también es muy perjudicial para el vehículo. Por ello, en caso de que fuga, es preciso acudir al taller para detectar el motivo de la fuga y rellenar el depósito.
La causa principal de este suceso es el desgaste prematuro de juntas tóricas y manguitos, que se resecan y se agrietan. Otro posible origen de esta avería puede ser un problema de estanqueidad en el mecanismo limitador de presión de la tapa.
Un componente fundamental para la correcta refrigeración del motor es la bomba del agua. En ella puede residir un foco de avería de motor en relación a pérdidas de líquido refrigerante, oxidaciones o fallo en el termostato. En ocasiones, la renovación de la correa de distribución también puede ocasionar una avería en la bomba de agua, ya que un tensado excesivo de la correa provocará un esfuerzo radial extra que evidenciará una más que probable fuga de líquido o, incluso, un daño en las palas de la hélice.
Cuando sea necesario rellenar líquido refrigerante, no es conveniente mezclar líquidos de distintos colores ya que, si se hace, este se volverá de color marrón y no se podrá apreciar si el líquido está sucio o es una mezcla de color. Tampoco es correcto rellenarlo con agua al uso puesto que puede crear sedimentos y calcificaciones.
El “anticongelante” de un coche es uno de los componentes básicos para mantener el vehículo en buen estado. Por ello, es fundamental tener en cuenta las recomendaciones de los fabricantes para cada vehículo en lo que a la composición del líquido refrigerante y supervisión se refiere.
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